El pasado mes de julio, Gloria Fuertes, hubiese cumplido 100 años.
La escritora resurge en el
centenario de su nacimiento como una voz única de la literatura
española. Humilde, independiente, poeta y con una personalidad
arrolladora, fue una de las primeras mujeres que salieron de un sistema
en el que era impensable que las féminas escribiesen, opinasen, y mucho
menos, recitasen poemas. Su poesía llana, alejada de versos
inteligibles, siempre llegó a todas las generaciones y seguirá
haciéndolo.
BIOGRAFÍA
Gloria Fuertes nació en Lavapiés en 1917 en el seno
de una humilde familia. Su madre era costurera y su padre padre, portero de
varios inmuebles de Madrid -su último trabajo lo desempeño en un palacio
de la calle Zurbano donde se trasladaron en 1932-. Eran tiempos
difíciles por la escasez de medios con los que contaba la familia. La
falta de alimentos y las escasas condiciones de salubridad en las
viviendas marcaron el transcurrir de la vida de Gloria, un sentir que
años más tarde, cuando comenzó a escribir sus primeros versos con 14
años, dejó notar en cada uno de sus poemas. A esa edad, tras pasar por
diversos colegios -algunos no resultaron demasiado de su agrado-, fue
matriculada en el Instituto de Educación profesional de la Mujer,
donde obtuvo los diplomas de Taquigrafía y Mecanografía, así como de
Higiene y Puericultura. Pero lo que realmente quería hacer era escribir y
dedicarse a su mayor afición: la poesía. Su primer poema 'Niñez. Juventud, Vejez',
publicado en 1932, marcó el principio de una vida en la que ni un solo
día, hasta su desaparición, dejó de escribir. Ni siquiera en su paso
como contable por un taller de metalurgia, donde entre facturas y
cuentas, escribía versos.
En 1935 comenzó a dar recitales de poesía y unos años después, se lanzó a trabajar en revistas, como la infantil Maravillas
-donde publicó cuentos e historietas para niños- y Chicas, colaborando
también en otras muchas, como Postismo y Cerbatana. En 1951, creó el
grupo Versos con faldas, con el que dio recitales por bares y cafés de Madrid. A mediados de los 70, comenzó a colaborar con programas infantiles de televisión: La cometa blanca y Un globo, dos globos, tres globos. Numerosos
premios destacaron en su carrera, entre ellos, el Primer Premio de
Letras para canciones de Radio Nacional de España (1947), el Premio
Acento y el Aro de Oro de Televisión española a la mejor escritora
(1976). Su actividad fue imparable, con lecturas, recitales y homenajes,
publicando poesía infantil y de adultos. En 1998 falleció como
consecuencia de un cáncer de pulmón y fue enterrada en el Cementerio Sur
de Madrid. En 2001 sus restos mortales fueron traslados al Cementerio
de La Paz de Alcobendas.
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